jueves, julio 01, 2010

RETROCEDER NUNCA, RENDIRSE JAMÁS

Los futboleros argentinos que seguimos las vicisitudes de este Campeonato Mundial, además de seguir la campaña de nuestro equipo nacional, seguramente prestamos atención a la actuación del Seleccionado de Chile ya que, como bien sabemos, es dirigido técnicamente por uno de los grandes personajes de nuestro fútbol: el inefable Marcelo Bielsa.
Y las intrigas que teníamos acerca del equipo (para nosotros) trasandino, rápidamente fueron respondidas por el equipo. "La Roja" nunca se apartó del rol de protagonista que supo mostrar en las Eliminiatorias Sudamericanas y en la primera fase ganó dos partidos, cayó en uno y tuvo la desgracia de toparse con Brasil en Octavos de final donde quedó eliminada.
Invoco a la mala suerte porque, seamos sinceros, al team de Bielsa le faltó ese halo que suele iluminar a las buenas campañas: jugadores lesionados antes de comenzar la competencia (como Suazo), una zona y cruce poco favorable con España, Brasil ó Portugal en el camino y el bajo nivel en que llegaron algunos de sus jugadores fundamentales (como Matías Fernández entre otros) fueron las causas que hicieron que Chile no haya podido ganar con más holgura sus primero partidos y que esta escasa diferencia de gol le haya jugado en contra a la hora de la definición del grupo, donde en definitiva quedó en segundo lugar.
Ya en el partido frente a Brasil, y contra todos los pronósticos, los chilenos salieron a hacer su juego, casi sin importarle la magnitud del rival que tenían enfrente, cosa que es marca registrada de Marcelo Bielsa. Cuando todos esperaban a once rojos colgados del travesaño, ellos salieron a atacar y tratar de molestar a la férrea defensa verdeamarelha. Lamentablemente, lo pensado se desmoronó tras el primer golpe, como fue el gol de Juan que consiguió a la salida de un corner, cuando los dirigidos por Dunga no habían hecho absolutamente nada en ataque. De ahí en más, Chile pareció un ánima que transitaba la cancha, pero que ya conocía su destino.
En esos momentos de incertidumbre, los espectadores pudimos ver a un Bielsa nervioso como pocas veces, gesticulando, insultando al aire y golpeándose los muslos con las manos en clara señal de impotencia, lo que mostraba a las claras a un hombre que, tal como declaró después, "hubiera dado lo que no tenía para continuar en la competencia".
La verdad es que la eliminación ya no importa. El cambio de mentalidad que generó "El Loco" en todo el fútbol chileno, y que llevó a muchos de sus hinchas a ilusionarse con el título, es el mayor triunfo que obtuvo este señor en estos pocos años que lleva al frente de la selección de aquel país. Un triunfo más de un tipo que siempre va al frente y nunca renuncia a sus ideas, aunque ésto le cueste que lo cataloguen como un bicho raro. Si así es, yo quiero más bichos raros para el fútbol de todo el mundo.

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