jueves, noviembre 08, 2007

HALCONES, PALOMAS Y OTROS PAJARONES


En la semana posterior a la (ya vieja...viejísima) última derrota de Boca Juniors ante River Plate, los aficionados nos deleitábamos leyendo las noticias que traían los diarios, contando supuestas y nunca confirmadas divisiones dentro del plantel xeneise entre Cóndores y Gorriones. Al parecer, por un lado se encuentran los de la “vieja guardia” con Palermo a la cabeza y por otro “la sangre joven” con Banega como abanderado, en una confrontación similar en la que alguna vez tuvo a Márcico y Navarro Montoya como actores y un poco más acá en el tiempo a Tévez como principal imputado, también tras derrota superclásica.

En estos últimos días, los que seguimos el fútbol argentino fuimos testigos casi involuntarios de la cobertura que le dieron los medios de prensa más importantes del país a la interna de Racing, donde otra vez “al parecer” también habría problemas dentro del plantel. Aunque esta vez la cosa se tornó un poco más complicada cuando salieron a dar una conferencia de prensa el capitán del equipo Bastía y el mismísimo entrenador Costas que brindaron declaraciones que trataban de echar por tierra los rumores y no hicieron otra cosa que acrecentarlos ó confirmarlos.

Como alguna vez dije, manejar un plantel de fútbol no debe ser cosa muy fácil ya que allí conviven y se interrelacionan más de treinta hombres entre futbolistas, cuerpo técnico y auxiliares pero esa dificultad, se encuentra en todos los órdenes de la vida y en cualquier grupo humano que persigue un mismo objetivo. Si tomamos al fútbol como un trabajo como lo es para cualquiera de sus protagonistas, nos damos cuenta que las situaciones que pueden vivirse dentro de un plantel, son las mismas que pueden darse en cualquier ámbito laboral como ser una oficina, una fábrica ó un comercio. Diferentes opiniones, pensamientos enfrentados, líderes, subordinados y actitudes que pueden molestar al prójimo, están a la orden del día y los planteles no son la excepción.

De parte de los jugadores y técnicos, les queda no ser pajarones demostrando un poquito de inteligencia y discreción como para que esas confrontaciones no salgan a la luz del público y no intercedan en el rendimiento futbolístico dentro del campo de juego ya que es en la derrota cuando estas situaciones encuentran fertilidad para germinar. Y de parte de los hinchas, la consigna es no magnificar las situaciones de rispidez entre los players y seguir alentando para obtener el triunfo teniendo siempre en cuenta la frase del gran ricotero Indio Solari: “cuando el carro marcha, los melones se acomodan”.

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